PRECAUCIONES INICIALES

Es conveniente recordar que las abejas son insectos salvajes cuyo instinto les dicta defender el nido contra cualquier agresión, cosa que ellas consideran de nuestra intervención aún cuando esta sea para ayudarlas a combatir una enfermedad, por ejemplo, Se deben extremar las precauciones cuando manejamos colmenas potentes que disponen de más de tres alzas, en todo momento debemos tener controlada la colonia y debemos tener muy presente que el exceso de humo nunca logra el control, lo que hace es hecharlas fuera de la colmena y se vuelven furiosas contra nosotros y los animales que pueda haber en un radio aproximado de cincuenta metros. Siempre utilizaremos humo abundante pero no soplando contra ellas sino dejando que las envuelva, es notorio que cuando durante un manejo las abejas se han vuelto agresivas y nos pinchan en cantidad nuestra reacción suele ser intentar terminar cuanto antes provocando con nuestra intervención apresurada nuevos golpes y el consiguiente enfurecimiento, en estos casos, y sobretodo cuando somos dos apicultores, se puede temporalmente abandonar el colmenar para deshacerse de las abejas que lo rodean, bien asperjándose agua en forma de niebla o desplazándose a un lugar cubierto donde las pocas que todavía insisten en pincharle terminan por marcharse. Es imprescindible mantener el control de las colonias y para ello es muy conveniente ir entrenándose con las más pequeñas que aunque tienen sin duda un peligro mucho menor se comportan de una forma similar, cuando se tenga una soltura en su control podemos empezar a aventurarnos con las mayores. En nuestros manejos siempre cubriremos las alzas que están descubiertas y en las que nosotros no trabajamos, para evitar que las abejas vean nuestros movimientos y nos ataquen. Insisto que el apresuramiento que se ve en los apicultores que manejan colonias descontroladas no logra otra cosa que enfurecer más todavía las abejas, se impone establecer el control, ahumando lo necesario para no echar las abejas fuera de las cámaras o alzas porque cuando esto ocurre son peligrosas, lo mismo sucede cuando en oleadas levantan el vuelo por la parte superior del cuerpo que en ese momento estemos inspeccionando.

LAS PICADURAS - EL VENENO.
Picadas de abeja, efectos del veneno.

El conjunto aguijón como instrumento inoculante y la bolsa del veneno como depósito constituyen en el cuerpo de la abeja una parte fundamental, con ambos lleva a cabo su defensa. El aguijón tan pronto es clavado queda sujeto al objeto mediante unos arpones lo que impide a la abeja desclavarlo excepto que gire rápidamente sobre si misma, lo que no suele hacer, ello tiene como consecuencia que resulta arrancado junto con la bolsa del veneno del cuerpo y la abeja morirá horas después, la bolsa se contrae al entrar en contacto con el aire vaciando todo su contenido en el aguijón y este en el cuerpo donde se halla clavado.

Cualquier manipulación que lleve implícito apretar el sitio donde vemos clavado el aguijón suele tener la consecuencia de introducir su contenido, por tanto siempre procederemos rascando la piel, la verdad es que ese mecanismo de defensa de la abeja es tan perfecto que cuando nosotros terminamos de rascar ya tenemos suficiente veneno inoculado para producirnos consecuencias importantes en el organismo o por lo menos la zona afectada.

El veneno de la abeja constituye siempre su defensa pasiva, es decir lo usan cuando consideran que su vivienda o la colonia se hallan en peligro, y como quiera que se trata de ahuyentar a sus "enemigos" sus efectos tienen que ser notables y así la inoculación produce de inmediato dolor y una hinchazón muy notable de duración variable pero muy incómoda.

El manejo continuado nos expone a la posibilidad de recibir algún pinchazo en casi todos los manejos y cuyo efecto con el paso del tiempo va siendo menor para terminar por crear en el apicultor una inmunidad total, ya no existirá notable hinchazón y tan solo un pequeño dolor acompaña el pinchazo.

Aunque la evolución en el tiempo es hacia la inmunidad puede ocurrir que tras llevar un cierto tiempo con una tolerancia normal al veneno se produzca una inflexión y tras recibir algunas picadas se note una reacción muy notable con claros signos de alergia, esto suele suceder cuando recibimos muchas picadas seguidas en un periodo en el que todavía no somos totalmente inmunes. Si notamos efectos de alergia en algún momento que se manifiestan con picores generalizados, hinchazones desproporcionadas u otros síntomas anormales debemos proceder con mucha precaución en los siguientes trabajos a realizar en el colmenar y prever la posibilidad de sufrir contratiempos mayores que necesiten para ser resueltos la intervención del médico, es importante en estos casos no exponerse a las picadas estando solo por si fuera necesaria la ayuda de otra persona.

Debemos considerar que aquellas personas que nunca antes habían recibido pinchazos de las abejas la posibilidad de que presenten un cuadro de alergia que según su importancia pueden llegar a causar problemas cardiorespiratorios que precisan de asistencia médica sobre la marcha, por tanto en los primeros contactos con las abejas se debe trabajar con la seguridad de recibir muy pocas inoculaciones de veneno y comprobar de este modo la tolerancia de nuestro organismo a sus efectos, teniendo muy presente que la hinchazón de la zona afectada y que persiste por dos o tres días es una reacción totalmente normal que con el paso del tiempo irá disminuyendo hasta llegar a ser casi nula en un proceso completamente normal.

Debemos estar precavidos para evitar que las abejas nos alcancen sitios del cuerpo donde somos especialmente vulnerables, los ojos sobre todo y protegernos de forma adecuada, en determinados casos es posible trabajar desprovistos de la careta habitual pero es muy recomendable dotarse de protección para los ojos, puede servir una pantalla de las usados en la industria. La posibilidad de que nos inoculen veneno en una vena es también un serio contratiempo que nos puede causar un malestar inmediato notable, y en algunos casos sitios muy concretos del cuerpo y seguramente diferentes entre varias personas presentan una especial sensibilidad al veneno causando notables efectos sin alcanzados por las abejas, debemos cuidar la protección de esos sitios.

Los primeros contactos con las abejas deben ser siempre con nuestra protección completa, cuando vayamos conociendo los diferentes niveles de dificultad que presentan los manejos podemos utilizan una vestimenta más sencilla o más completa pero siempre adecuada al momento.